martes, 3 de octubre de 2017

¿Qué paso con Fausto? Sin Titulo y casi que Sin Autor

Se quería matar, estaba gritando desde la estación del metro, que no aguantaba más, que quería volver a las estrellas, los policías lo sacaron de la estación, lo golpearon como es de costumbre y lo dejaron tirado en un andén meado por los perros, yo ese día estaba de afán pero sin embargo lo ayude porque era un lunático hermoso.
Cuando me le acerque, él estaba bastante desubicado, pensaba que el maderazo lo había  llevado al firmamento, porque me dijo que yo era una bella estrella. Le dije que me llamaba Dante Miserias y me regalo un cigarro, me dijo que quería hacer el ridículo con migo por el resto de su vida y que se llamaba Fausto, yo le dije que tenía afán y que más ridículo era el que se quería matar en público, me callo con un beso y te juro que me llevo hasta las estrellas… Nos seguimos encontrando en el cinema donde él trabajaba, yo salía del bar Monroe con ansias de verlo, el me esperaba en la cabina de la sala de proyecciones del cinema para recibirme con muchos besos, comenzaba la película y también comenzaba a besarme más profundamente.
Pasaron como tres meses en los que vimos las estrellas juntos, de día  bastaba con mirarnos de frente y de noche con recordarnos o mirar para arriba… no nos separábamos, hasta me presento a los amigos con los que vivía, ahí la cago, ¡Para que confió tanto!; conocí a Mick, su compañero de apartamento y pues como que nos caímos bien a primera vista, me dijo que quería hacer unas fotografías conmigo, lo que yo no sabía era que la sección fotográfica terminaría con una escena de pasión y engaño al mismo tiempo; empezaba a sentirme malo, jamás me había sentido mal de “engañar” a alguien, en este caso a Fausto que se había comportado tan bien con migo.
Unos días después estábamos en Monroe viendo las fotos ya impresas, Mick y Fausto estaban bien concentrados mirándolas detalladamente y yo estaba muy asustado, los tenía a los dos al frente, era como un sueño, o mejor una pesadilla; sentía una presión que jamás había sentido, me sentía frio y nervioso a simple vista; cuando me estaba sirviendo el café, se me rego el azúcar del temblor tan terrible que tenía en las manos, los dos se reían de mí y me presionaban aún más con sus miradas y cometarios.
Yo termine por contarle todo a Fausto en medio de una borrachera, es que no me sentía liviano y el tipo era tan transparente, que sentía que no merecía mentiras. ¿Qué paso con Fausto? Obvio me dejo, me dejo en los brazos de Mick.
Con Mick recuerdo que caminaba mucho en la noche, nos encantaba salir después de las 3:30 a.m, cuando la ciudad dormía, nos metíamos de a medio LSD en el ojo  y volábamos felices como aves nocturnas, nos cogíamos las manos, rodábamos en el piso como en un idilio de amor, y nos besábamos hasta que comenzaba el amanecer… Yo entreabría los ojos, no los quería abrir del todo porque en el fondo al que siempre imagine fue a Fausto, teniendo una conexión cósmica/sexual que me llevaba al éxtasis.
Finalmente volví a quedar solo después de que le dije a Mick, Fausto por equivocación. 
De Mick me quedaron las fotografías, de Fausto un cielo nublado sin estrellas, un cuerpo satisfecho, un triste recuerdo.