miércoles, 16 de agosto de 2017

Unas mañanas de Agosto por el whatsapp "Sin Titulo y casi que Sin Autor"

“Quiero contarte unas cosas que me pasaron cuando vos decidiste no seguirme más, no penses que deje de hacer cosas interesantes… Hice muchas cosas chéveres que podemos poner en el Libro. Me gustó mucho como me describiste, como todo mágico, como si no fuera malo”
Yo no sabía si quería seguir sabiendo tanto de Dante, ya había estado bastante obsesionado con él durante algún tiempo, como para desatrasarme de lo que no había podido ver. Pero si no aceptaba me sentiría tan frustrado como la señora que se vio toda la telenovela y no se pudo ver el final. Le respondí que sí y desde ese día cuando menos lo pensaba recibía “picaras” historias que me alimentaban el libro pero me abrumaban el alma ¿todavía estaba enamorado de él?
“Tiene una mirada tan profunda, ya van varias veces que lo veo, yo le digo mi Tigre, pero él no sabe… Es que tiene como cara de tigre, como caminado de tigre y cuando canta parece un tigre rugiendo, si vos lo vieras te asustarías, porque es mucho más joven que vos, porque todas las peladitas le caen y solo le gusto yo. Yo lo sé porque me mira diferente, se vuelve muy torpe cuando se da cuenta que lo estoy mirando y pille que me stalkeo porque se le fue un like en una foto muy vieja; aparte viene mucho al bar y siempre está solo, como dispuesto a conocer mucha gente, como dispuesto a conocerme”
Sentía que él disfrutaba teniéndome de confidente, me escribía detalle por detalle la descripción de su tinieblo sin ningún pudor, utilizaba palabras que se me hacían difícil de entender  pero aun así yo seguía embelesado
“Mi tigre es muy lindo, lo conocí en el Morroe coffe Music, cuando yo estaba cerrando, él fue de los últimos clientes que quedo, me dijo que si podía prender un baretico y yo le dije que si me ayudaba a sacar a los cuatro borrachos que faltaban. Cuando quedamos solos, nos terminamos una botella de mezcal que  yo tenía empezada, partimos el gusanito para los dos y fumamos de una orgánica que Tigre tenia, después me abrazo como nunca, sabes que, ese abrazo fue tan profundo que me enamore de él y no de su cuerpo parce, me enamore de su interior. ¿Cómo hago para volver a sacar a ese Tigre tan suavecito?”
Con algo de ingenuidad hasta se le ocurría pedirme consejos, y yo como debía de suponerse nunca sabía que decir; no le quedaba más alternativa que seguirme contando
“Ni siquiera me imagino teniendo sexo con él, me dan como ganas de quedarme abrazado a él por horas, sobándolo, acariciándolo, sacando un poquito de dulzura en medio de tanta acides… Todo el día está en mí, sea en la cabeza o de frente, pero te juro que no es como las demás veces, es como tan puro”
Yo siempre había deseado que ese Miserable me dijera algo así, sentía algo de celos pero aun así como en un acto de masoquismo seguía leyendo y transcribiendo
“Hasta que no me aguante y le grite  -“deja de ser lindo, o bueno por lo menos con migo. Pórtate como una escoria, trátame mal” Parce yo solo quería que me tratara mal, yo solo quería que me hiriera daño para dejarlo de querer. Es que es tan estúpido, me abraza, me hace caritas, me escribe cuando esta borracho, me manda corazones y aun así me dice que no le gusto cuando estoy seguro de lo contrario”
Era algo muy natural de Dante Miserias, como si combinara el amor con el odio. Eso le daba más fuerza a sus caprichos 
“Hablaba estupideces, era despectivo y tenía aires de agrandado cuando estaba con Fernanda. Yo tampoco me quedaba atrás, yo sé que fui muy arrogante pero era necesario”
Me contaba cada cosa a medida que iban sucediendo, por mi parte empecé a vivir una historia ajena que cada vez se hacía más propia y personal, por una parte celebraba que ese tal Tigre no le prestara atención a mi Dante, pero por otra parte era ese sin sabor al saber que el protagonista no tendría un final tan feliz como el esperado
“¡Me importa mierda! Aunque si voy a extrañar sus canciones, sus melodías tan perfectas, sé que no me voy a morir y si me muero como que le estaría haciendo un gran favor a la humanidad”
Palabras de un evidente ser herido, pero yo confiaba en él, sabía que tanto alguien podía portarle una mierda, además finalmente su historia cumplió su ciclo.

martes, 1 de agosto de 2017

Una Tarde de Enero "Sin Titulo y casi que Sin Autor"

Eran como las cuatro de la tarde, salía afanado de la oficina hacia una reunión a un edificio a dos cuadras abajo del mío, iba en un paso rápido, el semáforo cambio a rojo y me toco pararme durante 20 largos segundos a esperar a que pararan los dichosos carros, pero oh sorpresa cuando del otro lado de la calle veo a Dante, caminando con su relajo natural, con su estilo tan libre, tan propio; le grite tan duro como pude y no atendió a mi voz, por un momento pensé en que tal vez debería dejarlo seguir y yo también seguir para mi reunión, pero lo contrario que hice fue salir corriendo de tras de él, cual niño cuando ve a su madre, él obvio metió un salto cuando le toque el hombro, sin duda alguna pensó que alguien lo iba a robar, pero termino por robarme el a mi… se quitó los audífonos, me despeluco como en un acto de cariño, como cuando sobas un perrito que te cae bien, me compartió uno de sus audífonos, estaba escuchando The Beatles, Revolution y  terminamos en Málaga, un bar de tangos en el centro de la ciudad tomando ron con café. El día estaba frió, así que aproveche para llamar e inventarme la excusa de que no podía ir a la reunión porque estaba lloviendo muy fuerte en el lugar que estaba, al parecer se creyeron el cuento, porque se compadecieron. El caso fue que en el momento no me importo que me echaran o no del trabajo, quería estar con Dante Miserias y solo me importaba él; ¿pero qué pasaba? ¿Acaso no había ya pasado como cuatro años? ¿El enamoramiento jamás había pasado? ¿Yo no lo había superado?
Estaba más hermoso que nunca, cabello con rastas, más pircings, más tatuajes, más alto e inteligente
- “Tiempo sin verte… Tanto tiempo”
-“Mucho tiempo, estas todo grande y se te ven muy lindos todos esos tatuajes “
-“A veces me  creo lienzo y vos que estás haciendo”
-“trabajando…”
-“¿Qué paso con vos? ¿Ya tenes novio?”
Yo no sabía que responder, sentía que la podía cagar o recagar, podía ser una sutil propuesta o una simple pregunta, cambie el tema 
-“Si,  empecé a trabajar Y también estaba escribiendo sobre vos”
-“¿cómo así?” Logre desviar el tema
-“Si, escribí varias cositas que vi de vos”
Saque el portátil, pensé que después de tanto tiempo ese sería un buen acto, total él había sido la fuente de la inspiración y estaba completamente seguro de que Dante ya era un poco maduro, capaz de leerse sin escupir sobre mis escritos, sin romperme el computador en pedazos.
Le empecé a leer con mi voz entre cortada, hacía muchos años no leía esos vagos escritos, Sin título y casi que sin Autor… estaba en los archivos más remotos de mi disco duro, no podía creer que tuviera al protagonista de tanto derroche de tiempo al frente, confrontándose como si se estuviera mirando en un espejo. Entre tangos, rones con café, sonrisas y una buena lectura, terminamos eso que en algún momento llame libro para sentirme teso.

Dante se quedó mirándome fijamente, me dijo que habían cosas que no eran como parecían, pero que en general no pensaba que fuera una persona tan especial, me dijo que ya se tenía que ir, me pidió mi número de contacto y se fue, se esfumo entre viejitos ebrios de aquel café, sentí muchos nervios, me tome una copa de ron doble sin café y empecé a escribir esto.