martes, 1 de agosto de 2017

Una Tarde de Enero "Sin Titulo y casi que Sin Autor"

Eran como las cuatro de la tarde, salía afanado de la oficina hacia una reunión a un edificio a dos cuadras abajo del mío, iba en un paso rápido, el semáforo cambio a rojo y me toco pararme durante 20 largos segundos a esperar a que pararan los dichosos carros, pero oh sorpresa cuando del otro lado de la calle veo a Dante, caminando con su relajo natural, con su estilo tan libre, tan propio; le grite tan duro como pude y no atendió a mi voz, por un momento pensé en que tal vez debería dejarlo seguir y yo también seguir para mi reunión, pero lo contrario que hice fue salir corriendo de tras de él, cual niño cuando ve a su madre, él obvio metió un salto cuando le toque el hombro, sin duda alguna pensó que alguien lo iba a robar, pero termino por robarme el a mi… se quitó los audífonos, me despeluco como en un acto de cariño, como cuando sobas un perrito que te cae bien, me compartió uno de sus audífonos, estaba escuchando The Beatles, Revolution y  terminamos en Málaga, un bar de tangos en el centro de la ciudad tomando ron con café. El día estaba frió, así que aproveche para llamar e inventarme la excusa de que no podía ir a la reunión porque estaba lloviendo muy fuerte en el lugar que estaba, al parecer se creyeron el cuento, porque se compadecieron. El caso fue que en el momento no me importo que me echaran o no del trabajo, quería estar con Dante Miserias y solo me importaba él; ¿pero qué pasaba? ¿Acaso no había ya pasado como cuatro años? ¿El enamoramiento jamás había pasado? ¿Yo no lo había superado?
Estaba más hermoso que nunca, cabello con rastas, más pircings, más tatuajes, más alto e inteligente
- “Tiempo sin verte… Tanto tiempo”
-“Mucho tiempo, estas todo grande y se te ven muy lindos todos esos tatuajes “
-“A veces me  creo lienzo y vos que estás haciendo”
-“trabajando…”
-“¿Qué paso con vos? ¿Ya tenes novio?”
Yo no sabía que responder, sentía que la podía cagar o recagar, podía ser una sutil propuesta o una simple pregunta, cambie el tema 
-“Si,  empecé a trabajar Y también estaba escribiendo sobre vos”
-“¿cómo así?” Logre desviar el tema
-“Si, escribí varias cositas que vi de vos”
Saque el portátil, pensé que después de tanto tiempo ese sería un buen acto, total él había sido la fuente de la inspiración y estaba completamente seguro de que Dante ya era un poco maduro, capaz de leerse sin escupir sobre mis escritos, sin romperme el computador en pedazos.
Le empecé a leer con mi voz entre cortada, hacía muchos años no leía esos vagos escritos, Sin título y casi que sin Autor… estaba en los archivos más remotos de mi disco duro, no podía creer que tuviera al protagonista de tanto derroche de tiempo al frente, confrontándose como si se estuviera mirando en un espejo. Entre tangos, rones con café, sonrisas y una buena lectura, terminamos eso que en algún momento llame libro para sentirme teso.

Dante se quedó mirándome fijamente, me dijo que habían cosas que no eran como parecían, pero que en general no pensaba que fuera una persona tan especial, me dijo que ya se tenía que ir, me pidió mi número de contacto y se fue, se esfumo entre viejitos ebrios de aquel café, sentí muchos nervios, me tome una copa de ron doble sin café y empecé a escribir esto.

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