“Quiero contarte unas cosas que me pasaron
cuando vos decidiste no seguirme más, no penses que deje de hacer cosas
interesantes… Hice muchas cosas chéveres que podemos poner en el Libro. Me gustó
mucho como me describiste, como todo mágico, como si no fuera malo”
Yo no sabía si quería seguir sabiendo tanto
de Dante, ya había estado bastante obsesionado con él durante algún tiempo,
como para desatrasarme de lo que no había podido ver. Pero si no aceptaba me
sentiría tan frustrado como la señora que se vio toda la telenovela y no se
pudo ver el final. Le respondí que sí y desde ese día cuando menos lo pensaba recibía
“picaras” historias que me alimentaban el libro pero me abrumaban el alma ¿todavía
estaba enamorado de él?

Sentía que él disfrutaba teniéndome de
confidente, me escribía detalle por detalle la descripción de su tinieblo sin
ningún pudor, utilizaba palabras que se me hacían difícil de entender pero aun así yo seguía embelesado
“Mi tigre es muy lindo, lo conocí en el Morroe
coffe Music, cuando yo estaba cerrando, él fue de los últimos clientes que
quedo, me dijo que si podía prender un baretico y yo le dije que si me ayudaba
a sacar a los cuatro borrachos que faltaban. Cuando quedamos solos, nos
terminamos una botella de mezcal que yo tenía
empezada, partimos el gusanito para los dos y fumamos de una orgánica que Tigre
tenia, después me abrazo como nunca, sabes que, ese abrazo fue tan profundo que
me enamore de él y no de su cuerpo parce, me enamore de su interior. ¿Cómo hago
para volver a sacar a ese Tigre tan suavecito?”
Con algo de ingenuidad hasta se le ocurría
pedirme consejos, y yo como debía de suponerse nunca sabía que decir; no le
quedaba más alternativa que seguirme contando
“Ni siquiera me imagino teniendo sexo con él,
me dan como ganas de quedarme abrazado a él por horas, sobándolo, acariciándolo,
sacando un poquito de dulzura en medio de tanta acides… Todo el día está en mí,
sea en la cabeza o de frente, pero te juro que no es como las demás veces, es
como tan puro”
Yo siempre había deseado que ese Miserable
me dijera algo así, sentía algo de celos pero aun así como en un acto de
masoquismo seguía leyendo y transcribiendo
“Hasta que no me aguante y le grite -“deja de ser lindo, o bueno por lo menos con
migo. Pórtate como una escoria, trátame mal” Parce yo solo quería que me
tratara mal, yo solo quería que me hiriera daño para dejarlo de querer. Es que
es tan estúpido, me abraza, me hace caritas, me escribe cuando esta borracho,
me manda corazones y aun así me dice que no le gusto cuando estoy seguro de lo
contrario”

“Hablaba estupideces, era despectivo y tenía
aires de agrandado cuando estaba con Fernanda. Yo tampoco me quedaba atrás, yo sé
que fui muy arrogante pero era necesario”
Me contaba cada cosa a medida que iban
sucediendo, por mi parte empecé a vivir una historia ajena que cada vez se
hacía más propia y personal, por una parte celebraba que ese tal Tigre no le
prestara atención a mi Dante, pero por otra parte era ese sin sabor al saber
que el protagonista no tendría un final tan feliz como el esperado
“¡Me importa mierda! Aunque si voy a
extrañar sus canciones, sus melodías tan perfectas, sé que no me voy a morir y
si me muero como que le estaría haciendo un gran favor a la humanidad”
Palabras de un evidente ser herido, pero yo
confiaba en él, sabía que tanto alguien podía portarle una mierda, además
finalmente su historia cumplió su ciclo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario