Hoy quiero escribir sobre esto porque por más Grinch que
queramos ser, es inevitable no hablar del tema de moda, LA NAVIDAD… En el caso nuestro (los Colombianos – Paisas)
Diciembre, porque más que celebrar una fecha, celebramos es un mes que para ser
sinceros, termina por ser el más largo del año.
Estas fiestas tienen un orden y diferentes formas de celebración;
la navidad para nosotros empieza básicamente cuando estamos terminando Halloween,
ya que aprovechamos la subida a la escalera para bajar la decoración de Halloween
y por ahí derecho poner la de diciembre (Eso es ahorrar tiempo). Durante todo
noviembre se vive una presión tensionante, todo mundo está que se baila “el
apachurrado” y “maldita navidad”, se cuentan los días que faltan para la
alborada, hasta que llega y es ahí donde legalmente empieza “bebiembre” (ya nos
tomamos la molestia de cambiarle el nombre).
El 30 de Noviembre a eso de las 11:45 p.m ya todo están más que urgidos
de Diciembre, están que sueltan el volador, miran los relojes a cada minuto,
que no se le vaya a pasar la hora; hasta que empieza la dichosa alborada, es ahí
donde nosotros los “Water-party” buscamos escondedero a peso, por que empiezan
esos delirios de estado islámico a invadir a Medellín con una “fiesta de tradición
narco” que viene a terminar a eso de las 5 de la mañana cuando ya todos los
ebrios, irresponsablemente cogen para su trabajo (¡detesto la alborada, pero existe!).
Después de este bombardeo Sirio, nos relajamos, recuperamos
nuestros tímpanos y esperamos unos días, hasta que llega el 7 y 8 de diciembre;
el pretexto de este día para celebrar, es la llegada de la virgen, como si la
pobre María con esa barrigota tuviera ganas de fiesta; Esos días sacamos la
tabla a la cera, prendemos las velas, mientras se derriten los niños van
haciendo la bola de parafina y al final, como para hacerle el regalito a María,
no puede faltar “la Candelada del Diablo” que empieza con una pequeña tapita metálica
de gaseosa, fuego y uno que otro pedacito de esperma, hasta que los más “avispados”
traen la tapa de betún grande, y un montón de esperma, esa candela del diablo
se convierte en una especie de bom faire y hasta que no queda el muchahito con
la ceja quemada, no dejan de jugar.
Después de esto, los días que siguen son un total relajo,
las novenas, los villancicos, la oveja caída en el pesebre (esa oveja negra, me
recuerda a mi),los niños empujándose para que no los tumben de confite; también
en todo este tiempo se recibe el Aguinaldo (APROVECHO ESTE ESPACIO PARA
RECORDARLE A USTED QUERIDO LECTOR, QUE YO TAMBIÉN RECIBO REGALITOS).

El 28 de diciembre, todos craniandosen la idea para hacer la
super broma que termina por ser un completo desastre y el 31 de diciembre, la
recta final de esta hipercelebración; sacan al muñeco (el año viejo) a las
calles, recochan y piden plata para poder quemarlo a las 12 de la noche, pasa un
policía más wáter-party que yo y se los decomisa… A las 12 de la noche empieza
la abrazadera de borrachos y la repartición de lentejas más masivas que he
visto, besos en todas partes, llantos y risas por doquier, guayabo terrible el
2 de enero y sancochito el 6 por la llegada de los reyes.
Teniendo en cuenta que tenemos una festividad que reune un monton de culturas, quiero hacerle una invitación a usted amigo lector, lo esperamos aquí en Colombia – Medellin, para que tenga un
diciembre muy loco y diferente; algo si le aseguro es que tendrá una FELIZ NAVIDAD