jueves, 30 de mayo de 2019

Fin Sin Título y casi que Sin Autor


“Mi necesidad de tener historias que contarle a Camilo, era cada vez más latente, era como la única conexión que permanecía entre él y yo, sentía que de esta manera lo podía tener nuevamente a mi lado, cada vez eran más las situaciones, los momentos, los recuerdos, las fechorías que tenía para contarle; de momento se convirtió en la excusa perfecta para enloquecer con confianza… Cogí el extraño habito de estar con manes solo para tener historias, para escribírselas a Camilo, cogí el extraño habito de darle vida a muchos de esos manes en mis escritos y luego matarlos, así, sin anestesia, utilizándolos solo para la colección de historias; yo sentía que desde donde Camilo estaba quería seguir conociéndolas de primera mano, tan detalladas como cuando las presenciaba camuflándose en mi sombra; el me enseñó a inmortalizarlas, a construir una máquina del tiempo con una hoja y un lapicero, además me hizo enamorar de él recreando todo aquello que le conté, cuándo ni siquiera se pasaba por mi cabeza esa opción absurda; me hizo volver a vivir todo eso pero a su lado, me hizo pensarlo, añorarlo, extrañarlo… Esto fue algo que al fin de cuentas creamos entre los dos y que yo no quiero concluir porque para ser sincero  tengo miedo de morir o matar a mas personajes, es que  finalmente Dante Miserias muere aquí con esta historia, y preferiría que para este ser hubiera un final medianamente digno”.
Dante continuo su viaje en la vida mientras Camilo intentaba acostumbrarse a la muerte, los dos desde donde estaban seguían recordándose detalladamente, los dos describiéndose, los dos inmortalizándose desde su punto de vista, los dos amándose.
A Dante obviamente le siguieron pasando muchas cosas, pero sabía que esta historia entre las historias debería tener fin, fue muy difícil en realidad concluirla, porque cuando se trata de la historia de un joven, está la opción de terminar con su muerte si se cuenta con suerte o de acabar con un final abierto como será en este caso.
Aunque puede ser demasiado tarde lo que estoy escribiendo, se me hizo muy difícil desprenderme porque es que fueron varios años refugiándome en esto, varios años en los que se unió a ese Miserable de Dante con Camilo en una complicidad gigante. Camilo al fin de cuentas fue el  más importante, el más raro de todos, el del momento más apasionante, el que marco esta historia, el protagonista en mi vida, en la vida de Dante y no en la vida de él. Es por eso que entre tanta confusión, estos relatos que alguna vez pretendieron ser libro se quedaron “Sin Título y casi que Sin Autor”




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