lunes, 29 de agosto de 2016

Sin Titulo y casi que sin Autor "Don Pepito Bandolero"

Pepito, don Pepito Bandolero, así era su nombre en el chat, según él tenía 17 años, vivía en Keneddy y era mesero. Lo conocí por medio del chat en su búsqueda desesperada de amor; después del suceso terrible en el motel el signe dorado, digo terrible porque que lo dejen a uno con el miembro parado, sí que es terrible; nunca más volví a tener contacto con él, lo veía a diario pero nunca más me le acerque, pasaron varios meses y el seguía buscando su “príncipe naranja” él decía que su príncipe naranja debería ser con una belleza abstracta que fuera tan feo, que no corriera el riesgo de que se lo quitaran, que fuera inteligente pero que no opacara sus ideas, y que fuera fuerte para tener un buen sexo sin obstáculos…
Uno de esos días en que estaba cubierto con humo de marihuana, en los que sus pensamientos eran efímeros, llego a un parquesito de chorritos de colores, saludo a un montón de peludos, digo yo que de su clase y empezaron a consumir ganjah en todas sus presentaciones, se metió un LSD en el ojo y empezó a bailar con todos una canción que decía “Soldado Mutilados” luego investigue y me di cuenta que era una canción de una banda de Punk de la ciudad; después de eso ya todos estaban desubicados, creo yo que casi llegando a la sinestesia, me imagino que ya estaban viendo esas imágenes psicodélicas que ven los hippies, Dante o don Pepito si me preguntaban yo decía que era un hippie sin los sobacos peludos, un punketo sensato…ese era mi Dante, mi don Pepito, mi HippiePunk. Paso mucho rato y yo ya me estaba aburriendo, ya me iba a ir, pero de repente se fue  con un tal Nando dizque por una guitarra, cuando llegaron a casa de Nando lo que presencie fue lo siguiente - “parce coja la guitarra” mi Dante la cogió, - “desvístala guevón”  el la desvistió y la puso sobre la cama - “hay, pero cójala” él como un zombi hacia caso a todo y la cogió - “Hey Miserias tócala” así le dijo Nando, entonces ahí quede confundido, ya yo no sabía si se llamaba Dante, o si se llamaba Miserias, o si se llamaba don Pepito, después de que salí del trance y la encrucijada de que me preguntaba cuál sería su nombre, lo que vi fue algo excitante pero triste, mi Dante, o mi Miserable, o mi lo que sea; estaba teniendo sexo con ese Nando, no lo podía creer él era solo mío, pero al final me resigne y disfrute el momento, ¿qué más podía hacer? eran dos cabellos largos que se intercalaban, eran dos trabas unidas, era una guitarra presenciando la película de porno barato…

Nando y el HippiePunk que no tenía un nombre, se siguieron viendo, creo que se volvieron novios y duraron como 2 meses; luego no sé qué paso, todo se acabó, siguieron tocando guitarra y bailando Ska en medio del humo con papelitos debajo de la lengua, corriéndole a los policías y comiendo tortas y chocolates con la hierba de la felicidad, el  caso es que aún seguían relajados, como si  no hubiese pasado nada. No sé si yo sea anticuado o el muy liberal, o las dos cosas; pero yo no hubiera sido capaz de ocultarlo ante todos los parceros, pero ellos sin embargo eran tan frescos que Dante soportaba que Nando besara a otras chicas, a otros perros  de dos y cuatro patas, mi Dante era tranquilo, el se conformaba con robarle los picos al bareto, con besar la boquilla del ginebra mientras sonaba Polikarpa y sus Viciosas de fondo.

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