El
Show del narcisismo
Ya, Dante, Miserias, don Pepito Bandolero, el Hippie/Punk ni me gustaba, ya hasta había aprendió a disfrutar lo que hacía, ya era como si me sentara en una gradería a ver el show del narcisista más grande del mundo, solo pensaba en él, solo hacia lo que le convenía, no era tan lindo, pero lograba cautivar a unos cuantos personajes, él mandaba en el juego de él, él era el dueño de su vida, el escogía que hacer.
Luego de varios días sin entrar al chat, se encontró en
la internet con una relación entre Esneider y un tal Danilo, tuvo una reacción algo salvaje, como si le hubieran dado una muy
mala noticia, luego me entere de que Dante detestaba a Esneider por cosas estúpidas
del pasado y con tal de joderle la vida, sería capaz hacer que fuera.
Dante Miserias se hizo amigo de Danilo y empezó a
hablarle muchas cosas raras que lo convencieron para que se vieran. Como
siempre Dante gano, conoció a Danilo, varias cosas en común, buena música,
buenos seres humanos y algo de fotografía. En el fondo Dante no era tan rudo, podía
ser tan amoroso como un teletubbie, jamás lo había visto así.
Se vieron otro par de veces, no quería que Dante empezara
a poner esos ojos de imbécil, no quería que se enamorara, no quería que lo
besara más, no quería que hicieran más esa escena de sexo sin control en cualquier
lugar solido que encontraran, no quería… Dante por fin había encontrado la
talla de su zapato, otro personaje más que estaba para jugar, otro personaje…
como mi Hippie/Punk.

Por mi parte me encanto ver a Dante en su faceta de
depredador, de malo, de cruel, de humano que también odia y como me ponía feliz con
lo que Dante fuera feliz, pues que cayeran Danilos del cielo a ver si Dante por
fin se hastiaba y volvía a recordarme entre tanta locura.
Mientras tanto, mientras pensaba en ese descabellado ser
más narcisista que el anterior, escuchaba Kraken; esas canciones a las que me
tuve que acostumbrar, Lenguaje de mi piel, Vestido de cristal… Me encantaba
cuando Dante se parchaba en la terraza a leer Opio en las Nubes, me encantaba
cuando sacaba su lado gay y empezaba a ver Popland, me encantaba cuando por fin
no lo veía inquieto, me encantaba cuando
lo veía como se postraba toda una tarde en su computadora a escribir
cosas muy muy raras, cosas tal vez sin sentido, pero que le salían, me
encantaba cuando escribía sin tapujos fragmentos de “Sin Titulo y casi que Sin Autor”.