domingo, 30 de julio de 2023

Un Antidepresivo y Una Entrada Para Dejar de Llorar

 Siguiendo mi fea costumbre de recurrir a la escritura de manera ingrata, me dispongo a describir la atmosfera actual de mi vida, un nuevo episodio que casi que me obliga a escribir para aclarar mi mente en intentar lograr una catarsis...

Con el tango de “La cama vacía” resonando en mi cabeza y desde la camilla de un frio y aburrido hospital, me di cuenta de que bastaba con un antidepresivo para poder escribir, fue lo único que me dio esta tranquilidad impostada que inunda mi profundo dolor y tristeza, no se si me duele mas mi pie, el corazón o mi instinto ¿Cada cuanto nos acordamos que somos humanos? ¿que tan vulnerables podemos llegar s ser? ¿que tan fuertes somos?; es viernes, uno normal estaría justo alistando todo para una excelente noche de rock and roll con todo lo que conlleva, con unas ganas inmensas de buscarle pleito a la vida, sumergirme entre odios buscando el amor, pero no, acá estoy pegado a una bolsa de suero, solución salina con medicamentos y una escayola en la pierna que me impide ser... Es como cortarles las alas a un pájaro… Mi compañía, unos textos súper acordes para el momento de Alfonsina Storni, William Blake, José Asunción Silva y Sarah Kane, mi martirio, la verdadera historia de como fueron las cosas, mi esperanza dormir, despertar y que todo solo haya sido una pesadilla... 


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